Existe una creciente preocupación por los datos capturados a través de la tecnología de los lectores automáticos de matrículas (ALPR), a pesar de que los datos capturados son anónimos. Los datos se limitan a la imagen de la matrícula, la ubicación y la hora de captura. La información que relaciona las matrículas con individuos o empresas está restringida, controlada y auditada por el gobierno. Las matrículas de los vehículos consisten en una serie de caracteres alfanuméricos que hacen referencia al propietario registrado y al historial del vehículo. También incluyen información como la marca, el modelo, el año o el número de bastidor de vehículos específicos.
Normalmente, el personal policial y de seguridad con la debida autorización puede acceder a estas bases de datos y cruzarlas.