Reconociendo la realidad práctica, una infraestructura mundial completamente libre de carbono no se materializará hasta mediados de siglo. Mientras tanto, el gas natural, como combustible fósil más limpio y eficiente, puede servir de valioso combustible puente, sobre todo si se combina con técnicas avanzadas de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS). A diferencia de otros hidrocarburos, se prevé que la demanda y la producción de gas natural licuado (GNL) aumenten a medida que avancemos hacia un futuro con cero emisiones netas de carbono.
Para utilizar de forma responsable el gas natural en las carteras energéticas, son cruciales diversas iniciativas:
- Desarrollar fuentes de combustible mezclado que combinen gas natural con hidrógeno, atendiendo a una amplia gama de aplicaciones industriales y residenciales, que van desde las bombas de calor hasta las forjas de acero.
- Modernizar los sistemas existentes de generación de energía, transporte y calefacción que actualmente dependen del carbón, el petróleo o la gasolina para que utilicen gas natural o GNL.
- Mantener tasas de captura de carbono del 90% o superiores para garantizar una producción de gas natural neutra en carbono.
- Estabilizar el suministro de gas natural frente a posibles interrupciones mejorando la flexibilidad de la cadena de suministro y proporcionando seguridad física en las instalaciones de generación, destilación y distribución, así como en los gasoductos de GNL.